A causa de la creciente penetración móvil y la transformación digital de la sociedad, muchas marcas, bancos y organizaciones han implementado en su modelo de negocio la comunicación NFC como método de pago ‘contactless’ y móvil, convirtiéndola en una importante tendencia.
De hecho, cifras de Statista.com, señalan que en 2019, el número de usuarios de pago de proximidad móvil en todo el mundo fue de 0.95 mil millones y se prevé que en 2020 supere los mil millones.
Pero ¿qué es NFC en celulares?
NFC, siglas de Near Field Communication, hace referencia a un protocolo de comunicación que permite el intercambio inalámbrico de datos entre dos dispositivos electrónicos, a corta distancia, de forma rápida y sin necesidad de conexión a Internet.
La mayoría de los teléfonos móviles ofrecen esta tecnología y, por lo tanto, pueden usarse como alternativa a los medios de pago online. Básicamente, se emplea del mismo modo en que se usa una tarjeta de crédito o débito ‘contactless’:
- Se activa la función NFC en el teléfono.
- Se acerca el teléfono a la caja o terminal de pago compatible con tecnología NFC.
- Se autoriza el pago mediante una clave o reconocimiento biométrico.
Por supuesto, el proceso exige la afiliación a una compañía de medios de pago online (o “billetera digital”).
Actualmente, los tres servicios principales de pago NFC son: Apple Pay (para usuarios de iOS), Android Pay y Samsung Pay.
Excelente tecnología ¿pero es segura a la hora de pagar?
Una vez claro qué es NFC en celulares, no queda duda de que se trata de una tecnología práctica al permitir el pago de forma rápida y evitarle al usuario llevar consigo dinero y tarjetas, pero con tantos ciberdelincuentes al asecho, la seguridad en la transacción se vuelve materia de preocupación.
Al respecto, hay que decir que la comunicación NFC es bastante segura, al menos por las siguientes razones:
- Su rango de conexión es extremadamente corto, lo cual impide a los hackers, en gran medida, manipular la señal NFC.
- NFC se enciende solo cuando el usuario lo dispone. Esta posibilidad impide que los delincuentes se acerquen a la persona en cualquier momento y se conecten a su señal NFC para robarle datos o dinero.
- Los datos se hallan encriptados mediante un ‘token’ que es desencriptado e interpretado por el lector de NFC.
- La mayoría de las aplicaciones piden un código PIN o reconocimiento biométrico para confirmar el pago, y la factura se genera de forma instantánea.
Específicamente hablando de la seguridad de los servicios principales de pago NFC citados líneas atrás, hay que decir que los tres emplean la denominada “tokenización” y complejos protocolos de seguridad que garantizan la integridad de los datos.
Además, en caso de pérdida del teléfono, es altamente improbable que las personas de mala fe puedan usar la comunicación NFC para hacer pagos fraudulentos, pues primero deben pasar las barreras de seguridad del smartphone en sí (pin, reconocimiento biométrico, etc.) y luego los exigidos por la billetera digital.
En conclusión, es una tecnología segura. Si embargo, la precaución al momento de utilizar esta tecnología no debe dejarse de lado, para así garantizar la ciberseguridad necesaria en tiempos donde la información y los datos son recursos invaluables.